domingo, 12 de junio de 2011

UTOPÍA

UTOPÍA
Existen personas con una extraña fascinación por el sexo, voyeristas, exhibicionistas, fetichistas, ninfómanas, necrófilas, pedófilas, y tal vez muchas más. Al igual que la cultura exige variantes y filiales en ciertas épocas, ejemplo de ello, el hipismo, el capitalismo, el socialismo, el liberalismo, la cultura Hipster, la cultura Rastafari…la cultura humana.
En la mano de la historia quedan tantas guerras como pensamientos en un año, tal vez la exageración de mis letras “hiperboliaticas”, o de cualquier escrito, o de cualquier palabra, puedan dejar en el ser humano una consciencia sobre la utilidad del sueño imposible en la comprensión, de que ningún sueño pude ser completamente bueno o malo, que la opinión que rodea un sueño, es algo completamente subjetivo. Que el amor, es ahora una venta de emociones en el bulevar de los estímulos, positivos para el sencillo, fríos para el retador, crueles para el masoquista.
Los poemas de Arthur Rimbaud, los textos de Edgar Allan Poe, o las constructivas criticas de Oscar Wilde, dejan huella de que en la historia vemos la opinión de los sensibles, de los desterrados del conformismo, y es que el conformismo no existe. Tal vez si todos fueran conformistas todos serían lo mismo, el mundo quedaría en un apacible caos aún aceptado por los que se mueren de inanición. Todos seriamos la Nación del homosexual, del reprimido, del plebeyo, del rey, del comunismo, de la destrucción…no porque las corrientes culturales estén mal, aunque sería, creo yo, un error decir que todas están bien, sino más bien que el mundo es una complicada novela, aún situada sólo en el presente, porque  el total acuerdo aboliría culturas y costumbres, porque el mundo no vive lo que vive el universo, y porque el total entendimiento es en sí, una utopía.
Ya lo expresaron en “Réquiem por un sueño”, o en “Las tortugas también pueden volar”, o la señorita María Zambrano diciendo que, “Las utopías nacen solamente dentro de aquellas culturas donde se encuentra claramente diseñada una edad feliz que desapareció”. Para mí, la edad del tiempo en el paso de la memoria, es el sueño que se queda, en la tumba, y en la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario