GRITO QUE OTORGA

GRITO QUE OTORGA

Cualidades inevitables y calidad de la mierda humana

Egoísmo y sueños perdidos

Tócame con tu piel de veneno  y tu corazón de hierro

Lánzame las estacas de la perdición

Con esos sueños que los hombres persiguen cual zombis a la luz de la sombra que tapa el abismo de una mirada

Caminantes de fuego, me duelen los pies

Estúpidos, ¿¡por qué somos nosotros quien hallamos lapsos de libertad por la esclavitud de tus besos!?

Estiércol No es más que el mugido de los tontos que comen pasto cual vacas porque tus órdenes tan llenas de tus ínfulas amarran cual cadenas cualquier encuentro con la briza tan llena de metáforas.

Exprime de nosotros la leche que no se paga con libido si no con sangre mi pequeña estatua. 

Mata fresca y aullido a la luna

Mata que mata con el humo

¿TE SIRVE ESTO DE AMBROSIA DIOS DE LOS POBRES?...DIOS DE LOS MATONES, DIOS DE LOS MIEDOSOS Y DE LOS VALIENTES, DIOS QUE NO SOS ZEUS NI POSEIDON A QUIENES HOY CLAMO POR DESTRUCCION O POR BENDICION PERO QUE NO SE QUEDEN TAN QUIETOS COMO VOS QUE CARA NO DAS Y HEROES NO MANDAS, que estacas mandas justo donde se aloja el alma.

Ferrocarril o carrusel, caras confusas y fantasmas que se levantan de mis brazos que llegan arriba  no por emoción sino por miedo

Espanto de labios tan carnosos como manzanas sin carne ni fruto, solo un trozo de madera y un delirante muerto de hambre

DIME verdades que tu boca muda nunca dirán

Mata al lápiz del que ahora escribe

Destruye y destroza a este que quiere ser más que un cadáver, que un esotérico, que uno que otro día quiso encontrar con sus letras el jardín de los tontos y de los hedonistas, de los Epicúreos que el alma alimentan, ese jardín donde los poetas sádicos me hablan de sus muertes y sus llantos, mientras que el cuervo de Poe se come mi piel de insecto, mientras Lorca hace con mis lágrimas malolientes un bello poema de rebelión y Dalí una pintura con las lágrimas y las balas de fusil que llenaron al cuerpo de su amado

DONDE ESTAS

POR QUÉ NO HABLAS

POR QUÉ TE CALLAS

Y plasme por un momento en un poema y en un vitral

La cara llorona de quien escribe

Una carta de navidad

Dame de regalo una letra o una verdad

Y acumularé en el cajón y en el viejo desván de los locos sueños

Otra carta sin responder

Otro silencio que adorar

Otro grito que otorgar