viernes, 3 de junio de 2011

El comienzo de un baile

Nena,
Dancemos con la oscuridad,
Con el veneno y con el filo de las palabras y de las miradas,
Y destrózame con tanto placer,
Y lamamos la mierda que por nuestras venas corre, y traguemos sangre y caguemos virus, y hagamos el amor con las guadañas de la muerte, y perforémonos con la luz de la luna violando toda razón.
Y tú quédate ahí,
En ese lago de mi locura y ese camino de mil horcas,
Como bello cisne muerto, un bello cisne negro, y la eternidad se queda con los vidrios rotos y mi grito violento y mi cuerpo que rompe ventanas y se lanza al vacío,
Donde posa tu mirada,
Ese tan maravilloso filo,
Y piso la mansión de los cuervos, y el deseo se convierte respiración, y mis colmillos me matan como un cáncer,
Y te beso lentamente el cuello queriendo probar tú sangre,
Tu amor,
Tu dolor y tu calor.
No quiero más cuerpos fríos,
No más muertos a los que besar como una lluvia acabada de terminar, ya no quiero llorar
Así que me contendré, 
Y mis labios posaran sobre tu piel y te besare tu cuello, y te matare y te violare y te amare y esperare a que tus ojos me maten y me lo digan y me lo hagan también,
Para que nos quedemos sordos con las cortadas de los gritos que nos da la penumbra,
Y mis partes quedaran regadas en el suelo,
Y mi vicio nunca acabara,
Y brillaré como mil miradas en la sangre de tu cuerpo y mi cuerpo que se derrama,
Y morirás, y me moriré,
Y serás ángel caído en mi cuerpo sin sexo,
Y un Diablo vivirá en el espejo,
Y solo el llanto vivirá y ni siquiera un disparo podrá con nosotros acabar. ¿No te parece magnifico?, Sólo lloraras,
Pero con migo, porque te odio y porque te amo.
Nunca vivir,
Ya no morir,
Ya estar muerto y podrido por existir. Y una copa se rompió, y una flor marchita cubre nuestro cuerpo.
Ángel venid y matadme,
Venid de una vez y mandadme a la horca, puente al abismo donde ya no me esperan miradas y mis palabras cogen más sentido que cualquier cuerdo, y mis gritos son locura y ofensa para los cuerdos.
Ya no, ya no más,
Y gritaremos,
Y  nos volveremos sombras, y nos volaremos los sesos,
Y yo te amare.
No más cuchilladas,
Por siempre fiel al filo de la nada y a un te amo acecino de tus labios, nunca más marchitos.

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