viernes, 3 de junio de 2011

DIAMANTES

DIAMANTES
Diamantes de hielo, fríos, fríos son tus ojos que matan y hieren, congelan la sangre, destierran mi alma de tu piel.
Llora el amor, en un rincón se embriaga con el veneno de tus risas. Bebo tus lágrimas, lloran las rosas, es el viento el que comentó de tantas memorias de las que tu cuerpo de lujuria se manchó.
Vete, vete, pero quédate cerca, duerme afuera de la casa y al lado de la puerta. Un huracán de lava despierta la ira de los dioses, se quema la cama, es el sueño húmedo que te extraña, no sólo es el sentimiento tierno lo que te extraña, es la guerra de las caricias, vuelve, vuelve aquí, y luego vete, vete, no quiero que estés aquí…es difícil decir que no puedo vivir sin ti.
En el camino del rayo estuve andando, en la lluvia más inmensa vi a las nubes de traje de negro y llorando a cantaros la muerte de dios, muere todos los días, vos y yo, ¿quién morirá primero?, el recuerdo es una conversación con el querer. Perdón mi querido Freud, quiero pensar que Kafka no tenía razón, mi pesimismo es el conocimiento de tus rarezas, el enfermo soy yo, la loca sos vos.
Quise tocarte pero me di cuenta de que había un beso en tu cuello que no había dado yo, fue un vampiro, fue el cine, fue el sueño, fue el hielo que me hizo decirte adiós y el que ahora es el que me congela, que difícil es decir que no puedo vivir sin ti, que difícil es querer que te vayas de aquí y aun así querer que no te vayas.
Diamantes de hielo… ¿alguna vez te he dicho, que me gustan los diamantes? 

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