domingo, 26 de junio de 2011

BANDONÉON DOUCE, LA CANTANTE Y EL POETA

BANDONÉON DOUCE, LA CANTANTE Y EL POETA

Más allá de una poesía cuyas silabas tienen que ser contadas, más allá de la métrica emocional, grita el canto y cae cual perla…suena la guitarra, también suena ella.
La vi a ella más entregada que Malena cantando un tango, y envolviendo con sudor las sabanas argentinas repletas de danzas, de milongas desnudas, de cantos que quitan la vida a la par que la cantante abre la boca. Sintiendo el desprecio y la ira consentida, tanta fuerza como debilidad.
Absorbida por los puntos que marcan al micrófono, negra boca llena de odio. Date cuenta que en su mirada de ira hay una lágrima que se inclina, que espeta, que dispara, que baila cual puta en las calles de París, en un tatuaje de piel, vendiendo carmín y CHANEL, vendiendo sueños y tomando vino, vino agrio, como su piel y su labios.  
Se toma su papel, muere a la par de la grandeza, de la furia, de la riqueza. Sumida por lo irreal, como la actuación de Heath Ledger haciendo del guasón, de Natalie Portam en Back Swan.
Bate sus alas como un cuervo de noche, mueve sus piernas como el movimiento de venus desnudando sus partes, escalando por su pecho, cayendo cual sudor de mercurio, cantando veneno, llorando fuego.
El que la oye la ignora, la mira desnuda, en el cielo de viento, en el viento de su perfume barato, de su pachuli y su olor a amargo trago, yo la veo herida, como el despertar de una nueva sangre, igual de podrida que la de ayer.
Si me miras te hare daño, eso dicen sus ojos. Loca y sensual, arrebatada cuando  canta, con miedo, con pintura barata que no la tapa.
Escultura rota. Grieta de abismo. Canta el pesimismo. La cubre de eufemismo. En tus labios obsesión de ismos, sangre de vientos, cadena de encuentros. Tiempos de éxtasis, horas en un cuarto. No te canses, no acabes, canta otro tango, baila milonga, llora A Capela, llora linda estrella, y eclipsa tu clímax, y llora tu voz, y llora tu paz, pues ella ya no está.
En tus ojos hay un llanto, un nunca más…adiós, adiós felicidad.
Estalla y la tocas, la besas, la abrazas. En su sangre veneno que llega a tus arterias, que se pega cual tinta negra, cual beso dado donde no son necesarias palabras. Vive en sus ojos que aplastan la vida, en su placer, en su dicha, en la corbata que aprieta al cuello de la consciencia, que embriaga al pensamiento que ya no piensa.
Pleurer, pleurer votre douleur, chanter, chanter mon bandonéon douce.
Llora en tus cuerdas de pecho, de  vida perdida, de sangre, de herida, llora cual maniquí, cual perra consentida, cual duda, cual muñeca de cristal.
Se acaba el canto, y tú te vas
Pleurer, pleurer votre douleur, chanter, chanter mon bandonéon douce.


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