LA CARCEL DEL DÍA
Penas y de vidrio azucenas,
Ríe el fantasma cual hiena,
En el espejo se esconde un mar de penumbra, una pena profunda.
Llora el manglar, en tus ojos bulevar,
Esperanzas que bailan a la par de una rota endecha, de una esperanza desecha.
Vendo mi cuerpo por una sonrisa, en tus ojos tristeza y en tu andar premisa.
Llora la briza la rima de caricias, que dan las letras cuando el viento atiza,
Una riza de lágrimas, lágrimas de perla y de cristal,
De noche pura y cielo purpura, donde la vida apura el camino a un vida tan pura como impura.
Y andando va el poeta, con el día gritando vendetta,
Con la vida llorando el puñal que se espeta, en la duda y en los ojos,
En la piel tuya, mar de vida y de despojos.
Llora el sol la cara de la luna bajuna, bonita y mezquina como ninguna,
Se hace la vida como se hace el amor con bañador,
Con descaro de reina frailuna que reza, que dicta y asigna la hambruna y la fortuna.
Cae la gota de sudor, expulsor de endorfina,
“Segregador” y transportador de heroína y de dolor,
Con el pudor puesto como la ira,
En el contenedor de la mente y de recuerdos sumidos en una constante abatida,
Es amor, es amor, es una venida y una partida, es un dolor y es una vida.
Colaborador de sueños, de terribles antojos,
Cunetas de energía, en tierras perdidas, en la “cana” del día,
Prisión de la vida, prisión de tu vida, somos lo que somos, una ilusión perdida.
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