martes, 14 de junio de 2011

Guantecito de mano desnuda

Guantecito de mano desnuda

Dedos calientes a manos del abrigador guante de tu mano,
Mano de esperanza fantasmal, te  mueres y desapareces como el sueño al llegar la vigilia.
Ángel de prisas y premuras, cielo de tu letra en las cartas del viento, mensajes que llegan como sollozos al pensamiento.
Llora un fuego donde la voz se amarga con gritos de intenso fulgor. La sonrisa tuya guía mi paso vagabundo. En estas calles recorro con amargo pensar, con milongas en la cabeza, y con extraño contoneo en cada paso, en el que con alicorado sentir se expresa el movimiento.
Llora el escritor haciendo un poema, el sentimiento que expresa un inmenso desamor, un odio tan profundo que puede así mismo llamarse amor.
En los ojos tuyos no sabes cuánto he preguntado por qué hay tanto dolor, el viento se expresa como un ácido de palabras, que matan como una clemencia no querida. El no querer verte duele tanto como el verte, porque en todos mis odios y mis amarguras, hay un beso de amor que marca la desdicha. Vete, vete de aquí, que entre mi amor y tu amor, no hay nada que decir.
En tus labios no se marca ya ningún te quiero, ningún te quiero de verdad. Lágrimas en el canto del recuerdo que tanto extraña lo que ya no es, yo soy recuerdo porque trato a toda costa negar el presente, y me ato al tiempo que corrió hace tantos años. En tus labios encuentro paz, en este tiempo tan lejano de verdades, recorro cual cadena de espinas y claveles tu mano desnuda, tu guante cálido en mi mano tan amada, que dice no me dejes, que dice no me dejes, ni ahora ni jamás.

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