miércoles, 13 de julio de 2011

¿Qué miras?

-¿Qué miras?
-Miro, miro un camino de sauces y ritos, de palos de mango y azucenas de vidrio, de hojas de plata, de girasoles celestes que invaden una mirada.
-¿Qué mirada?
-La del recuerdo.
-¿Qué es el recuerdo?
-Es el rio Carare pasando por mis pupilas, una danza mujeril de campos que se extienden, una memoria sometida a un tiempo ya transcurrido…
¿Dialogo o monologo?, llanto de trueno, estruendo de rayos. Matas verdes, coloridas montañas, infinito campo que recorro con el terror concurrido de una memoria de Monet. Pintura en el alma.
-¿Por qué cierras los ojos?
-Porque miro.
-¿Qué miras?
-miro al cantinero que sirve Martini a la bella, y que a mí me embriaga con cerveza, con el sabor amargo del viento que golpea el camino… ¿y quién eres?
-Eso no importa… ¿qué camino?
-El de los rieles que me atan. Casa de campo, olvidos y recuerdos. Los caminos que seguimos, son una filial en tu pecho, pecho de nubes, ceno de agua, niños ahogados, madres sin tierra, y yo que miro y que escribo al otro lado de este dialogo.
-¿Dialogo o monologo?
-Perdón, ¿qué ha dicho?
-¿Cerveza o Martini?
-Martini por favor…a veces suelo hablar de más cuando estoy ebrio. Me embriago por recuerdos y termino en palos de ceniza.
-¿Y qué hacen esos palos?
-Se convierten en olvido.
Entra una mujer…
-¿Y qué haces?
-Nada mamá.
-¿Otra vez hablando solo frente al espejo?
-Y dice mamá, el cantinero, y dices tú, y digo yo:
Efectivamente era un recuerdo, efectivamente era un monologo.
Fin
(-Y ¿quién eres?
-Eso no importa…)

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