lunes, 25 de julio de 2011

POR ESO….Y POR QUÉ

POR ESO….Y POR QUÉ

-Siempre que gritas algo se rompe.
-Siempre que corres caes en el suelo.
-¿y eso qué tiene?
-que lo lastimas.
-a quién.
-al suelo.
-perdón, es que nunca me ato los cordones.
-¿por qué?
-porque tengo miedo.
-¿de qué?
- del control.
Ella sale y él se queda, el ventilador gira y gira, haciendo el ruido de una cigarra con la pinta de un gran bicho blanco. Llega la noche y llega ella.
-Hueles a licor.
-A mí también me encanta que saluden.
- El ventilador suena y suena, tu llegas alcoholizada, con el carmín restregado y tus prendas que se mancharon de las manos que tocaban algo más que tus prendas, manos que no eran las mías… ¡todo es tu maldita culpa, el ventilador suena y suena!…. ¡DEJA YA DE GRITAR!
-Yo no grito, yo escucho.
-¿Y qué escuchas?
-El silencio…me da miedo.
-A todos nos da.
-Lo sé.
-Te odio.
-yo a ti.
Él se va y ella se queda, ella abre y mira la ventana, están en el séptimo piso, hace un monologo y se echa a llorar. Pasan tres horas. Él llega.
-El tiempo murió, tú también estás muerto.
-muerto, los muertos caminan caen en el suelo, lastiman a la tierra y gritan con el llanto.
-pero tú me has dejado muda.
-Lo sé, pero todavía te escucho
-Los muertos también hablan, te amo.
-yo a ti.
Y como una sátira en la reconciliación ellos corrieron el uno al otro, ella a por él y él a por ella, se dicen te amo, te amo, y se cae el techo mientras se abrazan.
Ellos mueren y todos se cagan de la risa. Y hay una nota en los postigos del edificio; “en el 707 murieron dos locos que se odiaron, y como todo lo que es odiado, también fueron amados”…pasa la vida, todo sigue igual, nadie tiene el control, todos rompemos el alma con un grito y le somos infieles a las cosas simplemente porque existen otras.
-te odio.
-Yo a ti.
-Te amo.
-yo a ti.
-Estamos muertos.
-No, estamos vivos.
 -Por eso…

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