martes, 19 de julio de 2011

COMO EN UNA PECERA

COMO EN UNA PECERA

En ocasiones me siento como Nemo, perdido y encerrado en una pecera.
Marlín quiere estrangular a Dory, pero las aleticas son muy pequeñas…creo que eso es impotencia.
Saben, no me gustan los peces payasos, tal vez porque suelo soñar con payasos que lloran gritando como gritaría el muñeco diabólico de Chucky en esa situación.
Cuando cumplí los 18 me sentí como si fuera de otro planeta, como si Venus fuera una toronja y el sol una gigantesca mandarina…y eso que Venus es más grande que el sol, creo que el tamaño no importa y el tiempo tampoco, no cuando se quiere escapar de la realidad, pero hay algo que sí importa y es el momento.
Cuando cumplí diecisiete mi mamá me miro y me dijo, “Así sea en un desierto, a todos nos llegan 20 primaveras”, cuando le recordé mi edad sólo dijo, “era una buena frase…no la podía desaprovechar”…creo que es cierto que a todos nos llegan primaveras, tal vez más de 20 cambiando el dicho materno. A mi mamá todavía la azota la ya cuarentona primavera…el tiempo avanza tanto como avanza la victima humana, pero, eso no importa…que el mundo es una orgia, que las limitaciones son un condón y los milagros y las desdichas tan inesperadas como un mal sexo y un embarazo, para unos, ¡que hermoso milagro!,  para otros, ¡que eterna pesadilla!
La vida fluye como un manantial de vicios. Ver otra vez “buscando a Nemo” ya me tiene harto, verla una y otra vez, como quien ve al dolor ir y volver, ir volver, que vicio tan reparador, que deja en lo malo algo bueno y en lo bueno recuerdos de lo malo.
El mundo es una mierda muy bonita, un sueño muy hermoso como todo esto que escribo, no por hermoso sino por sueño, porque no es más que la verdad de mi alma y la mentira de mis realidades que sólo son una…la realidad humana. Tengo 18 y mamá nunca me hablo de esa primavera, me gustan los payasos cuando no se ven como La Cosa, (maldita película de terror que me espantó hasta más no poder) me gusta buscando a Nemo y me la he visto pocas veces, me gustas tú y no te conozco, sólo por el hecho de leer, de leerme, sólo por el hecho de que todos somos seres queridos en potencia, y seres odiados como tiempo que pasa y evoluciona nuestros días.
En ocasiones me siento como Nemo, perdido y encerrado en una pecera, pero a veces me pongo a mirar  alrededor y digo en voz alta…QUE BONITA ES ESTA CARAJADA…
Fin  

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