lunes, 26 de septiembre de 2011

ceniza y olvido...ausencias


ceniza y olvido...ausencias

He escrito tantos poemas en tu nombre y nunca he preguntado si quieres estar conmigo. Poemas que se convierten en ceniza y en olvido.
Mariposas que en el suelo agonizan, tratan de volar y en el viento ser destruidas por la brisa. 
En tantas obsesiones en las que te encuentro, veo el valor de la ilusión que golpea mis sentidos y destruye lento, la riza que se cae de la pupila y la voz nunca oída en mi boca muda.
Se escuchan los silencios de tu respirar, la esencia de tu vida pareciendo tan muerta...una bolsa de plástico ahoga tu aire y cubre a tu corazón.
No le daré mis piernas a un invalido, pero puede que le dé agua al sediento. Simplemente, porque el agua no será mía aunque lo sea...Oye nena, ¿puedes caminar?
El sopor me vuelve modorro en mi ronco tono que te dice te quiero con la falsedad en el alma, y el brinco muerto en el animo que me congela las piernas...nena, ya no puedo caminar.
Y la vida que enseña me muestra tu interesado interés, tu hiel, tu tribulación.
Mueren los ecos con silencios muertos, muere el eufemismo en la redundancia, se queda sin sentido el poema, y se reviven vuestros ojos...busca algo que ver.

En tus ojos mi mirada, en mis labios tus palabras, en mi boca seca, la saliva que se traga en tu garganta. Y los grilletes que me hablan, de pesares que matan, de cantos que hieren, de flechas que adormecen, y de sueños que perecen...hoy cupido a puesto en su flecha veneno. Una punta de hierro que golpea fuerte como un viento de atelo y una sangre fluyendo en los ojos del viento, del sueño, del tiempo.

Segundos que destruyen una rima en la mente y una acción demente en la alucinación de mi desierto tan sediento, tan real. Pienso y miento, que al creerte intento tapar huecos, agujeros, de arena y cristal, de granos que lloran tristes cual payasos. Eso siento, que tu mano que toca el pecho para sentir mis latidos, palpa no más que un hueco enorme, y en esa tu mano comienzan a caer de arena granos, que quieren besar tu piel y hacer mía la esencia de tu tacto, a veces tan caro, a veces tan barato.
Hoy el sueño me regala maltrato, y pese a eso, trato a cada verso, intentar quererte muda, sin respuesta alguna...y eso que entre tanto poema, nunca he preguntado si te quieres quedar, pero luego me pregunto, si es que tú, mujer en mi pensamiento, eres mi memoria fallida en un justo momento, ¿por qué si te pienso...nunca te encuentro?...ausencias.

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