Al otro lado del espejo
Escorpiones de arena me pican en el brazo sin llegar a las venas, me hacen sentir la agonía de tus pasos idos. Cada vez que hablas tus ojos se rompen como un cristal, en el que entran todos los demonios que ya no puedes esconder…quieren llevarce tus lágrimas, quieren quitarme el corazón…
Hay veneno en lo que un día yo quice encontrar besos, y barcos que navegan en aguas negras de olvido sin sociego, la memoria que se queda en un viejo cuadro guardado en el desban.
Guarda el polvo en los ojos del tiempo y deja los suspiros en tu boca, deja la seca saliva en tu garganta mientras te quema y te deja seca mi adiós, mi hola y mi olvido, hasta que llegue la hora en que tú y yo, nos demos cuenta del otro lugar de alicias, el hogar en el que se perdieron los gritos y tú y yo fuimos uno.
Fin
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