La noche que educa, el morbo de tu adiós...angustia
¿Conoces a
ese que se cola por la ventana a eso de las 2 o tres de la mañana?, como
un extranjero de los días sin sentido, un prófugo del amanecer, un
voyerista que se excita mirando ese libido lleno frío, esa amargura
peleándose por las cobijas. Tal vez sólo sea una noche de divorcio
materializada, como una pesadilla en nuestras cabezas espetando con
miedo nuestras mentes sin certeza. Nena, creo, sólo creo, que se ha
acabado el amor...tal vez lo supe cuando sin decirlo nos dijimos adiós.
Sospeché
tu huida cuando te fuiste con ese ser etéreo pero perceptible, cuando
vi la nevera vacía, como un hueco sin emoción y con hambre. Tal vez ya
no sintamos, golpéame para comprobarlo, sé que lo deseas.
…pero ni tu ni yo sabemos su nombre. ¿Javier, tomas?, tal vez un tal Juan.
Tal vez nos hizo un favor pero mientras esta hiel me consuma mataré con sátiras morbosas todas las películas de amor.
¿Dónde pongo las cenizas de este amargo, adictivo y hostigarte cigarro?
Me
comen los leones de los peluches que te haz dejado, y tus bragas son un
rincón de vinos tan dulces que me hacen palpar con grima la más brava y
fuerte resaca.
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