miércoles, 11 de abril de 2012

Por qué


Todos teníamos plumas que salieron dispersadas por un ventilador. Como todos los de la fiesta, nos sentíamos atrapados. Un grupo marginado, unas pistolas a punto de disparar al viento, como un grito que grita “QUEREMOS SALIR”, pero igual nadie dijo nada.
Me siento como una fresa que es comida, y me desangro. Suelo preguntarme qué sienten los que nunca fueron niños y fueron obligados a nacer viejos y a nacer en su muerte. Jalando el cordón umbilical el tren se detiene y tengo que salir de este vagón, pero…todo es tan tranquilo y la violencia del mundo ha cesado. Como un pantalón al que se le atranca el cierre y un grito celestial que dice libérame…viejo miembro atrapado en unas manos.
Espaldas erectas y el reloj en pausa eterna, tick-tick-tick, sólo un incomodo tick, los que se rascan, los que se duermen y los que viven su vida en las nubes y en las tetas de alguna. Deslizándome por la madera y en un roble soltando humo…bohemio vago. – ¿Mirando ese cielo cómo decir que no quiero vivir?
-Dilo
-No puedo
-Por qué?
-Es tan hermoso
-Sí, sí lo es.
Todos bailaron y alumbraron sus mentes, como colgados encierros genitales, y las libertades se rieron de su encierro mientras tocaban los senos de alguna, y los homosexuales cepillaban sus dientes con otras lenguas, y las letras se quemaban con ira en un papel de saltos a la verdad. El semáforo en rojo nos da tiempo para cantar.
Los ojos cansados sonríen con el brillo de tu pelo untado de grasa y cubriéndome del sol que nos espanta,  y mis dedos pasan por tu espalda mientras te rompes poco a poco hasta convertirte en el polvo que aspiran los que te han dejado de ver, y también los cubiertos por está tormenta de arena. Un desierto en la carretera y al final nadie puede dejar de bailar, agitando los pies y quemando sus mentes divinas, arropadas por el fuego de un vientre que nos hecha.
Quién dice que no es cruel amar para decir adiós…que bueno es pagar el precio por recordarte de vez en vez. La soledad mata como mata esté vicio, ven nena, a veces creo que no tengo identidad…decadencia. Vuelan, sólo vuelan las plumas en el ventilador, sólo se disparan los dedos y se gritan las bocas sin tiempo, y nos colgamos la miseria para despertar en el cielo que no dejamos de mirar.
-¿Por qué?
-Por qué es tan hermoso

No hay comentarios:

Publicar un comentario